SANTA LUCÍA

Santa Lucia de Siracusa

Santa Lucía nace en Siracusa hacia el año 283 en una familia noble y acomodada.

Acusada de ser cristiana por su propio marido ante Pascasio, el gobernador de Sicilia, fue condenada a violación en el 303.

Al mantenerse completamente rígida e imposible de mover, fue acusada de brujería echándola a la hoguera pero seguía sin resultar herida.

Aún después de arrancarle los ojos, siguió viendo. Otra teoría afirma que fue Lucia la que se sacó los ojos a ella misma inspirada por el mandato de Jesús:

 “Si tu ojo es ocasión de pecado sácatelo y arrójalo de ti” (Mateo 18,9) 

y evitando así que esos mismos ojos fueran objeto de tentación para el hombre.

Finalmente el irritado Pascasio finalmente le clava un cuchillo, pero no morirá hasta que le fue administrada la eucaristía según relata De La Vorágine :

“Todavía quedó Lucía viva e inmóvil en el sitio donde tanto la habían atormentado, hasta que acudieron unos sacerdotes que le dieron en comunión el cuerpo de Cristo, y en cuanto hubo comulgado, entregó su espíritu a Dios”.

Suele ser representada con los ojos en una bandeja, de ahí “que Santa Lucia te guarde la vista”, y que sea patrona de los invidentes.